La domótica permite automatizar las tareas relacionadas con la seguridad, el bienestar y el confort mediante un sistema inteligente instalado en una vivienda o edificio. Es decir, integra la tecnología en el diseño de un espacio.
Una de las principales ventajas de los sistemas domóticos es la eficiencia energética. Ya que automatizar la climatización, la iluminación, la seguridad o la comunicación significa un ahorro importante en el consumo de energía. Además de una mejora de la calidad de vida de los usuarios, que ahora tienen un hogar adaptado a todas sus necesidades.
La domótica es la gestión inteligente de todos los aspectos relacionados con la seguridad, el bienestar y el confort de una vivienda o edificio. Mediante un conjunto de tecnologías se automatizan, controlan, administran y optimizan diferentes sistemas.
Etimológicamente, el significado de domótica proviene del latín y del griego. Se compone de las palabras «Domus», que significa «casa» en latín, y «Autónomo», que significa «que se gobierna a sí mismo» en griego.
A finales de los 90 llegó Internet a los hogares, dando el primer paso para acercar la domótica a las personas. Unos años más tarde, en 2007, aparecieron los teléfonos inteligentes o Smartphone, que combinados con la tecnología del Internet de las Cosas (loT), permiten controlar funciones desde un móvil. En la actualidad, los usuarios utilizan aplicaciones o asistentes virtuales basados en sistemas de inteligencia artificial (IA), como Siri, Google o Alexa.
Diferencia entre la domotica y la inmotica
Cuando se habla de instalaciones domóticas se hace una distinción en función de dónde se establece la instalación.
Mientras que la domótica se instala en viviendas comunes o familiares, la inmótica queda reservada para inmuebles como hoteles, centros comerciales, edificios de trabajo u hospitales, por su envergadura y necesidades específicas. Es decir, en los hogares siempre encontraremos un sistema domótico y en los edificios un sistema inmótico.
Características de la domótica
Existen diversos sistemas de domótica y arquitecturas para automatizar una vivienda o un edificio. Según las características del sistema, estos pueden ser:
- Inalámbricos: Funcionan con ondas de radiofrecuencia y son fáciles de instalar, ya que no requieren ninguna obra para incorporar el cableado.
- Cableados: La señal se transmite mediante cables dedicados, lo que garantiza que sea segura, eficiente y estable. La instalación de cables puede requerir realizar alguna obra.
Según la inteligencia donde reside el sistema domótico, la arquitectura puede ser:
- Arquitectura centralizada: Se instala un controlador central que recibe la información y la procesa y envía a cada dispositivo. Esta solución suele utilizarse en sistemas de cableado.
- Arquitectura distribuida: La arquitectura no está centralizada en un punto, sino que se distribuye por todos los módulos de la casa que procesan la información y ejecutan órdenes. Su uso es frecuente en sistemas cableados e inalámbricos.
- Arquitectura mixta: Se instalan pequeños dispositivos en toda la vivienda para procesar la información y transmitirla al resto de dispositivos. Este tipo de arquitectura suele utilizarse en sistemas totalmente inalámbricos.
¿Para que sirve la domótica?
La domótica permite automatizar las tareas relacionadas con la seguridad, el bienestar y el confort mediante un sistema inteligente instalado en una vivienda o edificio. Es decir, integra la tecnología en el diseño de un espacio.
Una de las principales ventajas de los sistemas de domótica es la eficiencia energética. Ya que automatizar la climatización, la iluminación, la seguridad o la comunicación significa un ahorro energético importante en el consumo de energía de casa. Además de una mejora de la calidad de vida de los usuarios, que ahora tienen un hogar adaptado a todas sus necesidades.
¿Cuáles son los beneficios de la domótica?
La domótica en casa tiene diversas y útiles aplicaciones. Las más destacadas son:
- Gestión energética: La administración de la energía es una de las aplicaciones más importantes de la domótica y se apoya en 3 pilares:
- Ahorro energético: Permite reducir el consumo de energía evitando desperdicios. Por ejemplo, apagando los sistemas de iluminación en estancias cuando éstas no están ocupadas.
- Eficiencia energética: Se habla de eficiencia energética cuando el consumo de energía se aprovecha al máximo. Por ejemplo, reduciendo el set point de temperatura de los sistemas de climatización a partir del conocimiento de la inercia térmica del edificio, es decir, de cómo la temperatura evoluciona en su interior.
- Generación y almacenamiento de energía: Engloba todos los aparatos responsables de generar o almacenar energía, como por ejemplo las placas solares.
- Confort: La domótica juega un papel muy importante en la calidad de vida de las personas. Por un lado, permite automatizar las tareas repetitivas y rutinarias de un hogar, como bajar o subir los toldos y persianas. Por otro lado, adecúa el espacio a las necesidades de los inquilinos, como el control de la iluminación o de la climatización.
- Seguridad: Permite crear una red de seguridad basada en la prevención y la detección que protege a las personas y sus bienes. Por ejemplo, controlando el estado de las puertas, ventanas o sensores dentro y fuera del hogar.
- Comunicación: La tecnología domótica facilita la conexión de la vivienda con una gran cantidad de medios de comunicación, convirtiéndose en un espacio más interactivo. Desde una aplicación móvil se puede acceder a los diferentes controles y ejecutar una acción a distancia.
- Accesibilidad: La domótica garantiza la accesibilidad universal en cualquier entorno. Mediante los sistemas de acción por voz se pueden ejecutar acciones para satisfacer las necesidades de los usuarios de la vivienda.
¿Cómo funciona la domótica?
Tener una vivienda inteligente es bastante sencillo. Para ello, el usuario necesita tener una instalación domótica (cableada o inalámbrica) y conexión a Internet en el hogar. Esto le permitirá conectar todos los electrodomésticos y dispositivos de la casa a la red Wifi, para emitir y recibir información en el sistema.
Todos estos dispositivos se comunican con la central domótica de la casa, donde está la interfaz de control. Los usuarios pueden configurar las opciones del software para satisfacer sus necesidades, aunque este ya incluye muchas tareas preestablecidas como apagar o encender electrodomésticos, dispositivos de iluminación, etc.
Ventajas de crear edificios inteligentes con domótica
La domótica tiene un papel fundamental en el desarrollo de ciudades inteligentes o Smart Cities, ya que sus Smart Buildings (edificios inteligentes) necesitan un sistema de gestión para controlar procesos de automatización en tiempo real. Aporta ventajas a diferentes niveles:
Ventajas arquitectónicas
- Mayor control sobre los recursos.
- Aumento del valor de la construcción.
- Confort y seguridad de los inquilinos.
Ventajas medioambientales
- Ahorro energético.
- Desarrollo de ciudades sostenibles.
- Redes eléctricas inteligentes o Smart Grids.
- Domótica solar para controlar la producción de energía según las necesidades de consumo.
Ventajas tecnológicas
- Mejora la interacción entre la vivienda y el inquilino.
- Los aparatos están conectados y se comunican entre sí.
- Instalación automatizada.
Ventajas económicas
- Ahorro económico en la factura energética final.
- Reducción de los costes de mantenimiento.
- Prolongación de la vida útil de todos los aparatos electrónicos.
Beneficios de tener una casa domotizada
El sistema domótico de una casa inteligente integra todos los elementos en una misma red, lo que permite que el usuario tome el control y centralice los equipos con una única instalación. Los principales beneficios de tener una casa domotizada son:
- Ahorro y eficiencia energética: Un sistema domotizado permite generar programas por horas para racionar las cargas eléctricas de los dispositivos, desconectar los enchufes que no están en uso, etc. Además, el sistema hace informes de consumo eléctrico para optimizarlo.
- Simplicidad y comodidad: La automatización de procesos facilita las rutinas diarias de los inquilinos. Por ejemplo, se puede programar la climatización, la subida y bajada de los toldos y persianas y el sistema de riego, de manera que los usuarios no deben preocuparse por estas tareas.
- Control mediante voz: Se pueden ordenar tareas utilizando los comandos destinados para ello, o mediante un asistente de voz. Esto permite enviar órdenes a cualquier dispositivo conectado, diciendo por ejemplo “apagar las luces del salón” o “preparar un café”.
- Prevención y reducción de daños: La tecnología domótica alerta de cualquier tipo de fuga, ya sea de gas o de agua, previniendo accidentes domésticos. Además, al formar parte de una misma red, es posible conocer el estado de los electrodomésticos de la casa para realizar tareas de mantenimiento y alargar su vida útil.